Destino,presagio maldito que alguien le había profetizado. Un alguien que nada sabía de aquellas cuestiones que tanto la martirizaban hallá a lo lejos y hace tiempo.
¿Tendría razón,acaso? La premonición estaba latente,ella la podía presentir. El sueño que había tenido la noche anterior reflejaba su único anhelo en aquel momento: el. Tan simple como eso.
Un capricho, un alivio y una necesidad impetuosa.
"Se movía como por inercia,dejando fluir su cuerpo al compás de un vals. Giraba sobre su eje incesantemente,sus brazos revoloteaban despegados a su contorno y una mano extendida le otorgó la felicidad tan ansiada.
Su rostro la observaba detenidamente, sus ojos brillaban de ilusión. Su voz,melodiosa pero varonil, sútil pero precisa. Un silencio dijo más que mil expresiones corporales,mucho más que centenares de frases vacias.
Y,de un instante a otro, esa festiva escena había desaparecido. En soledad ambos aprovecharon la oportunidad que les había sido otorgada. No había necesidades superfluas o físicas,no, en absoluto."
Pero sueños de este tipo se sucedieron por innumerables noches, noches felices y despertares insostenibles. No quería alejarse de ese mundo,podría vivir en el la vida entera y ser la persona más afortunada del universo. La dicha que le daban los diversos escenarios noche a noche,sueño a sueño o en realidad,pesadilla a pesadilla-no eran nada en comparación con su presencia.
Se negaba a perderlo, aunque nunca había sido suyo...
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