domingo, 25 de septiembre de 2011

Ensayo de otra noche de soledad (e insomnio)

Buscame en la noche cuando esté sola, cuando nada encuentres, cuando de ti te escapes.

Liberame pasado, entendeme futuro. ¡Vivenciame presente! Porque nada sirve, porque todo es uno.

¿Por qué evitaría sentir(te) una vez más? Y si todo es frío, y si el mar es noche.

Frígida la que fue, pensando. Reflexiva ella excusa lo que perdió llorando, y no puede ver qué es nube porque sus pies la atan.

Los libros sus mejores amigos, el estrés su seductor amante. Su imposible tenía nombre y apellido- faroles y mundo, mundo y faroles - siglas que iluminaban la insaciable rutina. Imposible ver más allá de la timidez, imposible permitir alejarme. Imposible nada.

‘Y vos, ¿vos también? No, vos no te vayas que esto recién empieza’ ronroneaba en sueños. Un ‘Tarde, siempre tarde’ golpeaba con fuerza, dolía en cada músculo, cada articulación. Porque era invisible, porque siempre fallaba, porque ordenar sus prioridades en base al afecto, a la necesidad, jamás fue una opción racional. ‘Al diablo con lo racional, Señores. Déjenme ser, neuronas que para esto no las necesito. ¿Escucharon?’ Amén.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Te necesito más que nunca y no puedo hacer otra cosa que alejarte.Me odio inconmensurablemente.