Es el y sos vos y es la vida que nos juega una mala pasada. Y no, no te gusta eso de que las cuentas pendientes tengan que/deban ser saldadas.
Volvés, siempre volvés. Porque nunca te fuiste, porque no te vas a ir.
Y estamos ahí, reencontrándonos una y otra vez. Sin nada que decir o en vistas de decirlo todo.
Reencontrándote con vos mismo, con tus ganas. Reencontrándome a mi misma, con mi finitud y todo eso que conlleva.
Sobrevolamos la infertilidad, abrazamos la melancolía, nadamos en las más profundas aguas. Y todo es parte de todo, es nuestro.
Negar nos limita.
Entregarnos nos hace vulnerables.
Entender cuesta y dejarse llevar no estaba en los planes.
Agh, Qué será de nosotros cuándo nos dignemos a ceder? lo pensaste alguna vez? Yo si.
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